
El gobierno conservador griego, que goza de mayoría absoluta (156 de 300 diputados), ha conseguido aprobar hoy la jornada laboral de 13 horas. Los sindicatos han convocado dos huelga generales.
La medida afectará al sector privado y podrá aplicarse hasta 37 días al año. La plantilla podrá acogerse voluntariamente a esta jornada laboral extendida, que tendrá una compensación del 40% por cada hora extra trabajada.
La nueva ley viene a responder, según la ministra de Trabajo Niki Kerameos, a las necesidades de flexibilidad laboral para sectores como el turismo, aquejado de «escasez de mano de obra estacional». Kerameos ha asegurado que ningún «trabajador podrá ser despedido por no haber aceptado trabajar más horas».
La oposición ha calificado la reforma laboral de «esclavitud remunerada» y ha apoyado a los sindicatos griegos. Toda la oposición votó en contra en el Parlamento menos Syriza que optó por ausentarse del hemiciclo para legitimar con su presencia «una ley monstruosa».
Huelgas generales
Los principales sindicatos griegos, ADEDY (sector público) y GSEE (sector privado), han convocado dos huelgas generales contra las pretensiones del gobierno. Este mismo martes 14 se produjo una huelga general contra la nueva ley laboral con paralización de los principales servicios públicos y el transporte en Atenas y otras ciudades griegas. La segunda movilización, tras la que protagonizaron los sindicatos el pasado día 1 de octubre.
Para los sindicatos griegos la medida supone acabar, de hecho, «con la jornada laboral de ocho horas» en un país donde se trabaja más que en cualquier otro país europeo. Sin embargo, los trabajadores griegos gozan del menor poder adquisitivo de la UE, solo por delante de Bulgaria.