Mamdani gana en Nueva York, Wilson en Seattle, ¿la hora de la izquierda en EEUU?

Zohran Mamdani y Katie Wilson I Wikipedia

El 4 de noviembre, más de dos millones de personas en la ciudad de Nueva York acudieron a las urnas en la mayor participación electoral en una elección municipal desde 1969. El propalestino y miembro del DSA (Socialistas democráticos de América), Zohran Mamdani ganó con más del 50 por ciento de los votos en una elección que desafió al trumpismo.

Mamdani y sus promesas electorales conectaron con cientos de miles de personas, hasta el punto que recibió el voto del 59% de los inquilinos y el 65% de los votantes que lo hacían por primera vez. Un 9% de antiguos votantes del trumpismo y de MAGA (Make America Great Again) votaron por Mamdani. E incluso, más importante es, que ganó en una ciudad, Nueva York, gobernada durante décadas por demócratas sionistas.

Nueve días despuésde las elecciones del 4N, el alcalde en funciones de Seattle, Bruce Harrell (demócrata centrista) reconoció la derrota en las elecciones a la alcaldía de 2025 ante su rival, Katie Wilson. El recuento oficial de votos le dio a Wilson una ventaja de poco más de 2000 votos, de los más de 270.000 emitidos.

Fue el propio Trump con sus ataques a Mamdani, al que calificó de comunista y amenazó con detenerlo, quién convirtió la batalla electoral en Nueva York en una contienda nacional. Pero Mamdani estaba más que preparado: llegó a reunir en su campaña a 104.000 voluntarios, -de los cuáles 10.000 pertenecen a la sección neoyorquina del DSA-, que recorrieron los barrios puerta a puerta reuniéndose con los vecinos y vecinas.

Tampoco lo tuvo fácil Katie Wilson que recibió furibundos ataques del Washington Post, ahora propiedad del multimillonario Jeff Bezos, que lo compró en 2103 por 250 millones de dólares. Bezos criticó la apuesta de Wilson por una modesta subida de impuestos para las personas con altos ingresos en Seattle.

El hecho de que dos demócratas pertenecientes al DSA vencieran en dos centros neurálgicos mundiales como Nueva York (finanzas) y Seattle (tecnología digital) suponen un verdadero desafío al trumpismo, pero también al bloque de poder centrista dentro del Partido Demócrata, que se ha visto incapaz de parar mínimamente el ataque a los derechos y libertades de la Administración Trump.

Ambos, alineados con las tesis de Bernie Sanders, a diferencia de éste, son jóvenes y representan hoy la esperanza de buena parte de la izquierda estadounidense.

El secreto de Mamdani radica en que desafía abiertamente a Trump, no se oculta y claramente lo llama fascista; pero lo más importante es que Mamdani conectó con las necesidades de la gente de abajo, ganó con la promesa de proteger a la clase trabajadora y a la población inmigrante, ofertando una bajada de los precios del alquiler y una ciudad libre de racismo.

Por su parte, Wilson prometió construir viviendas más asequibles, asistencia de emergencia para las personas sin hogar, guarderías universales, un transporte público más económico en la ciudad y reducir un 50% los efectivos policiales.

La carrera política de Wilson comenzó en 2011 cuando cofundó el Sindicato de Pasajeros del Transporte Público, una organización sin fines de lucro que abogaba por reformas en el transporte público, como pases gratuitos y descuentos. Durante la década siguiente, participó en una iniciativa para introducir un impuesto progresivo sobre la renta en Seattle. Para ello colaboró con Kshama Sawant, activista india-estadounidense de ideología anticapitalista que militaba en el grupo trotskista Alternativa Socialista y bajo su candidatura ganó en 2013 el acta de concejala en el Ayuntamiento de Seattle.

La victoria de ambos candidatos, pertenecientes a la facción más radical del Partido Demócrata, refleja un descontento generalizado con las políticas derechistas de Trump y la plataforma MAGA más que un entusiasmo por los demócratas.

La administración Trump respondió a la elección de Wilson amenazando con trasladar la Copa Mundial de 2026 fuera de la ciudad el próximo año debido a la elección de la nueva “alcaldesa comunista” de Seattle. Al igual que amenazó a Mamdani con enviar la Guardia Nacional si la policía local de Nueva York se oponía las redadas federales de inmigrantes.

Las espadas están en alto, aunque todo presagia que los demócratas tenderán a negociar para no perder los fondos federales, necesarios para mantener los servicios públicos municipales. Y Trump se verá obligado a guardarse sus amenazas, toda vez que una intervención real, más allá de las palabras, puede provocar reacciones masivas de protesta en dos ciudades que le han enseñado la tarjeta roja a sus políticas y que hoy bien representan la esperanza de buena parte de la población de izquierdas en EEUU.