ALMERÍA I Muere un trabajador senegalés por un golpe de calor

Otro trabajador muere en el campo por golpe de calor en Almería: El silencio cómplice de la patronal sigue cobrando vidas.

El pasado 27 de agosto, entre las 15:00 y las 16:00 horas, Souane, un trabajador de 45 años de origen senegalés, falleció en una finca de Pujaire (Cabo de Gata) a causa de un golpe de calor. Esta trágica pérdida se suma a una lista interminable de víctimas en los campos de Almería, donde las condiciones laborales son cada vez más extremas y donde la impunidad patronal se convierte en una condena letal para la clase trabajadora.

El inicio de la campaña agrícola en Almería está, siendo una vez más, la causa directa de la muerte de un compañero. Souane, quien llevaba más de 20 años trabajando en el “Mar de Plástico” almeriense, dejó atrás a cinco hijos y a su compañera en Senegal, quienes dependían completamente de su salario. Es imposible no preguntarse: ¿por qué estaba trabajando en esas condiciones? La respuesta es dolorosamente simple: la avaricia y la negligencia de los empresarios que, a pesar de las altas temperaturas y las alertas de calor extremo, no aplican las mínimas medidas de seguridad ni respetan las jornadas estipuladas en el convenio del campo.

El verano de 2025 ha sido el segundo más letal por golpes de calor en España, con 23 muertes registradas hasta mediados de agosto. Andalucía ha sido la comunidad más afectada, con ocho muertes confirmadas. Además, se han registrado 897 urgencias en toda la comunidad relacionadas con patologías derivadas del calor, de las cuales 18 requirieron hospitalización. En total, se estima que 141 muertes han sido atribuibles a las temperaturas extremas, 31 más que en el mismo periodo del año anterior. La clase trabajadora en el campo paga el precio más alto de este cambio climático que nadie quiere ver.

A pesar de que el Ministerio de Trabajo ha lanzado, desde junio, un plan estival con sanciones de hasta 980.000 € para las empresas que no protejan adecuadamente a los trabajadores expuestos al calor, la realidad es que las muertes siguen acumulándose. En 2024, las actuaciones de la Inspección de Trabajo durante los meses de verano aumentaron de 704 a 11.500, con multas que superaron los 1,4 millones de euros, pero las sanciones y las medidas no han sido suficientes. En la práctica, las inspecciones no son efectivas, y las muertes continúan sin control.

Souane no estaba solo. Trabajadores y trabajadoras como él enfrentan temperaturas superiores a los 40 grados dentro de los invernaderos, sin agua potable, sin alta en la Seguridad Social, y muchos, sin contrato ni permiso de residencia legal. Los empresarios, aprovechando la reducción de la vigilancia en verano, optan por no regularizar la situación laboral de miles de trabajadores migrantes, aumentando la explotación.

El fraude en cotizaciones a la Seguridad Social es un problema estructural en la agricultura de Almería. Se estima que la patronal en el sector agrario defrauda más de 50 millones de euros al año, dinero que podría financiar centros de salud, hospitales y personal sanitario, recursos vitales para combatir las consecuencias del cambio climático. En lugar de utilizar esos recursos para mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora, la patronal sigue robando a los trabajadores y a la sociedad en su conjunto.

Desde el SOC/SAT de Almería, exigen una serie de medidas inmediatas para evitar que más vidas se pierdan en las condiciones inhumanas del campo, a saber:

Inspección efectiva todo el verano: Aumentar el número y la intensidad de las inspecciones en los campos, sobre todo en los horarios más críticos. Las inspecciones no deben cesar en los meses de verano.

Responsabilidad empresarial y penalización real: Exigimos que se aplique la justicia de manera efectiva y que los empresarios responsables de estas muertes sean penalizados con severidad. No debe haber impunidad ante el sufrimiento que causan.

Derechos laborales reales: El derecho a la protección frente al calor debe ser un derecho real. Acceso inmediato al permiso retribuido por calor extremo, cumplimiento del convenio del campo, medidas de prevención como pausas obligatorias, hidratación, y modificación de jornadas laborales en los picos de calor.

Transparencia y control sobre las cotizaciones: Auditar a las empresas agrícolas para recuperar los fondos defraudados y destinarlos a servicios públicos, como centros de salud y programas de prevención de riesgos laborales.

Mientras el Ministerio de Trabajo siga ofreciendo palabras vacías y la patronal continúe con su explotación sistemática, seguirán cayendo más muertos en el campo. El costo de las muertes de compañeros es demasiado alto, y ya no se pueden seguir callando ante tanta injusticia. ¡Al campo, pero con derechos!, gritan.